Amaurosis de Mercado


Siegbert Tarrasch, uno de los lideres de ajedrez más
influyentes a finales del siglo XIX y a inicios
del siglo XX.
Dentro del ajedrez, hay una expresión que se utiliza cuando algún jugador pierde la secuencia o el panorama del juego.

La Amaurosis Scacchistica, es una expresión latina acuñada por el doctor Tarrasch, que puede traducirse "como ceguera momentánea en ajedrez". El gran jugador alemán explicaba los descuidos totalmente ilógicos e incomprensibles que sufren en ocasiones jugadores de reconocida fuerza, a los que, en un momento dado, se les escapa una jugada elemental.

Como jugador, es una de las situaciones más frustrante con las que te puedes encontrar. Cuando iba en la preparatoria fui seleccionado junto con dos de mis amigos para representar a mi institución en la UNAM.

El campeonato se disputaría bajo el sistema suizo, dentro del cual al perder un juego ya no puedes ser el ganador del campeonato, sin embargo la acumulación de las victorias ayuda a posicionarte.

Recuerdo que en mi primer partida a pesar de ir con un buen nivel, los nervios me traicionaron y no jugué de la mejor forma ya que en las partidas se utiliza un reloj de ajedrez para medir el tiempo y al no estar acostumbrado a jugar bajo tal presión cometí bastantes errores a diferencia de mi contrincante que lo tomó con calma, de hecho, con tanta calma que para su desgracia perdió la partida al agotarse su tiempo. Estuvo chistoso, porque yo tenía mucha desventaja en el tablero pero él tenía que lograr hacer el mate en segundos. Cuando me di cuenta de esto con un poco de maña simplemente movía lo más rápido que pudiera aunque el movimiento no tuviera gran lógica para confundirlo y no dejarlo pensar claramente sobre lo que tenía que hacer para ganar. Esto es algo sucio, porque la lógica detrás de esto consiste en que el tiempo que yo me tomara para responder a sus jugadas sería el tiempo que él tendría para pensar las suyas. Al mover tan aleatoriamente y sin sentido el pobre más se perdía y no estaba en posición de quemar su tiempo para saber qué intentaba hacer lo que causo un desajuste en sus piezas que aproveché para dar la vuelta poco a poco, ya que en esos momentos el estaba cegado a lo que podía o mejor dicho tenía que hacer. Por tanto yo no gané por un mate, sino por aprovechar la ausencia de tiempo en el reloj del rival.

Es para mi uno de los casos más marcados de Amaurosis Scacchistica que he podido presenciar puesto que él tenía todo para ganar, pero perdió la concentración en el momento crucial y yo lo aproveché.

Haciendo relación con la mercadotecnia desarrollé el término de "Amaurosis de Mercado". Esto quiere decir la ceguera que se presenta dentro del mercado para todas las personas que quieren crear o emprender pero no encuentran su idea millonaria.

Muchos de los proyectos más exitosos hoy en día son ideas realmente sencillas que a nadie se le ocurrieron o no tuvieron la visión para cimentarla correctamente. Tomando por ejemplo Uber, una red de transporte con vehículos privados con una tarifa que se ajusta a las exigencias de la sociedad mediante una asignación correcta del precio utilizando las variables correctas.

En introspectiva es una idea muy sencilla y aparentemente poco elaborada. ¿Qué tanta diferencia tiene con un taxi? Realmente no mucha, sino que detecto la evolución de las necesidades del mercado y revoluciono su modelo de negocio para cumplir con las mismas. Hoy en día la gente quiere más seguridad, conocer la ruta a utilizar por el chofer, un precio relativo a la calidad del vehículo que elige y tomar en cuenta variables como son el tráfico, horario y temporalidad para estimar el precio justo.

Es por esto que desde mi punto de vista, el mercado está abierto a cumplir muchas necesidades básicas de forma simple y congruente con las necesidades del público, así como de probar productos y servicios nuevos que no necesariamente deben ser más elaborados. Hay ideas muy sencillas que debido a que no tomamos en cuenta el panorama completo o nos cerramos a seguir como ovejas las tendencias del mercado. Pueden ser cosas tan lógicas y fáciles que por lo mismo no las consideramos.

Estamos ante un mercado que aparentmente nos exige escribir libros cuando aun podemos formular palabras, buscamos una idea que revolucione el mundo cuando tal vez solo necesitamos crear un nuevo sabor de helado.